Five Easy Pieces (1970)

Bob Rafelson: Mi vida es mi vida (Five Easy Pieces, 1970). Estados Unidos. American New Wave. Escrita por Adrien Joyce. Interpretada por Jack Nicholson, Karen Black y Susan Anspach. Fotografía de Laszlo Kovacs. 90 minutos. 

En algún lugar de California se deja llevar Jack Nicholson. Uno de los grandes actores de siempre debuta como protagonista en Hollywood. En su casa, una foto de Kennedy adorna el salón. La nostalgia de Bob Rafelson, quizás. La estampa del protagonista desprende vacío, desolación. Por eso baila en mitad de un atasco. Por eso toca el piano a lomos de un viejo camión. Fue un niño prodigio, sin embargo, su presente está como operario en la refinería. ¿Por qué? Karen Black llora. Brutal personaje. Es la novia camarera: ilusa, despreocupada e inocente. La juventud se despide de ella. Y la ha desperdiciado con un payaso. Él no la quiere, huye de sus caricias. Por eso se entretiene con la primera fulana que se le cruza. La anarquía y la lucidez lo marchitan, mientras la insatisfacción reina en el ambiente: así lo capta la fotografía de Laszlo Kovacs. El espíritu del ’68 martillea a la sociedad estadounidense. No se encuentra cómodo en ningún lugar. Ni siquiera con su familia. Se ha enredado con la minifalda de su cuñada, la arpía de Susan Anspach. Puede que sea su escapatoria, su brújula… no, no va a suceder. Ella tiene un esquema ordenado sobre la felicidad, y piensa seguirlo al pie de la letra. Llora ante su padre. Llora de frustración, de rabia, de impotencia. Se mira al espejo y no se reconoce. Quiere desayunar tostadas, pero ni eso le conceden. Grita y se enfurece: es la mejor escena del film. El american dream se lleva un bofetón en toda regla.