John Huston: El halcón maltés (The Maltese Falcon, 1941). Estados Unidos. Cine negro. Escrita por John Huston. Novela de Dashiell Hammett. Interpretada por Humphrey Bogart, Mary Astor, Peter Lorre y Sydney Greenstreet. Fotografía de Arthur Ederson. 100 minutos.
La gran ciudad americana desprende el aroma del capital. En su embriagador aliento, unos sueños perecen, otros crecen y algunos, los más, ni siquiera se llegan a concebir. En este último grupo es donde se halla el descreído y errante Sam Spade, detective encarnado por el gesto serio de Humphrey Bogart. Su áspera rudeza evidencia el conocimiento del mundo que le envuelve: podredumbre envuelta de seducción. Así llega a su oficina Mary Astor –femme fatale del film- y, tras ella, la muerte de Miles Archer, socio de aquel. De esta manera, entre violencia y zancadillas, irrumpe la brumosa mascarada de John Huston: asienta en 1941, a través de su puño y letra (guiones de High Sierra y The Maltese Falcon), las bases del cine negro americano.
La narración, a lomos de la obra literaria de Dashiell Hammett, enclaustra al protagonista en una maraña de cemento. La realidad se torna violenta, y la codicia marca el tempo del film: las turbulencias de 1929 -año de publicación de la novela- se extrapolan a 1941 -intervención armada en la II GM- para mostrar la otra cara del american dream. La falacia liberal se ha destapado. Ahora, la sociedad ya no se rige al ritmo de la cosecha. A Spade le queda su astucia, destello en la oscuridad, para esquivar los golpes del tridente de timadores que ansía la estatuilla y, a su vez, escapar -atado a su misoginia- del amor que siente por Brigid O’Shaugnessy. La fotografía de Arthur Edeson, empapada en claroscuro, refuerza una radiografía que evidencia, con tono sobrio, las miserias de la sociedad capitalista.