Kenneth Lonergan: Puedes contar conmigo (You Can Count on Me, 2000) Estados Unidos. Comedia dramática. Escrita por Kenneth Lonergan. Interpretada por Laura Linney, Mark Ruffalo, Matthew Broderick y Rory Culkin.
Un accidente de tráfico cambia para siempre la vida de Sammy y Terry, dos niños huérfanos desde entonces. Es la única pincelada que el cineasta, Kenneth Lonergan, nos da respecto al pasado de los protagonistas. Enseguida viajamos al presente, a Scottsville, en la costa este estadounidense. Un lugar donde, aparentemente, no sucede nada. Vence la cotidianidad. Y ahí está aquella niña, madre soltera ahora: Laura Linney. Cada uno de los gestos de esta evoca a la sinceridad más pura. Su personaje desprende una humanidad creíble y veraz. Trabaja (monotonía incluida) en una oficina bancaria y ejerce de madre modélica. Se amolda al pensamiento religioso y entraña (un tanto) la tradición: ¿por qué seguir sola? Así, aparece la revolución: Mark Ruffalo, su hermano, otro solitario con ganas de tomarse un respiro.
Polos opuestos. Choca la anarquía de este con la estabilidad de aquella. Se divierte el cineasta con la guerra de caracteres, sirviéndose principalmente del hijo/sobrino para todo ello: un correcto Rory Culkin. Así que donde no pasa nada, ocurren (de pronto) cosas: el guion prescinde, por suerte, de los grandes momentos. Aun así, el tambaleo sentimental/sexual de una religiosa como Linney otorga un punto cómico que engrandece la figura de Matthew Broderick. Todo se alterna con la complicidad gamberra entre el tío y el sobrino, en la que los tintes dramáticos alcanzan su mayor expresión. No hay caramelo en la narración, pues esta emociona sin sensiblería. La soledad de ambos es entrañable. Así, queda una fotografía sobre otra Norteamérica, más minoritaria, en la que se rompen los moldes de la clase media estadounidense. Todo parece estar en su sitio, incluido el afecto que se profesan el uno por el otro: magistral escena final.