Where the Wild Thing Are (2009)

Spike Jonze. Donde viven los monstruos (Where the Wild Things Are, 2009) Estados Unidos. Fantástico. Escrita por Spike Jonze y Dave Eggers. Cuento infantil de Maurice Sendak. Fotografía de Lance Acord. Interpretada por Max Records, Catherine Keener y Mark Ruffalo. 101 minutos.

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A Max Records le gusta jugar. Ha construido su propio iglú en el jardín, sin saber que los amigos de su hermana se lo van a echar a perder. Y también una fortaleza en su habitación, aunque a nadie le importe. Le cuenta -y no al revés- historias fantásticas a su madre, Catherine Keener. En el fondo, se siente demasiado solo: extraña a su padre, no parece tener amigos, su hermana mayor le desoye y, su madre, está más pendiente de acurrucar a Mark Ruffalo que de él mismo. Así que se enfada, grita y corre. Vuela, al mismo tiempo, su imaginación. Y surca océanos entre tormentas. Llega a una tierra donde habitan las bestias, lugar en el que vencen la tristeza y la soledad. Los monstruos de por allí duermen al sol y discuten de noche. Él, sin embargo, promete arreglarlo todo: es el nuevo Rey. All Is Love canta Karen O and the Kids. Indispensable soundtrack. Ahora parecen felices, incluso Carol, la temperamental criatura que tanto se asemeja a Max. Pronto, sin embargo, se desmorona todo. Vuelve la inseguridad. ¿La felicidad no puede ser para siempre? A pesar de los enfados y de las desilusiones, aúllan juntos. Es el afectuoso adiós con el que la fantasía vuelve a la realidad. Luce la fantasiosa fotografía de Lance Acord. Y allí está su madre, esperándole con lágrimas en los ojos. Spike Jonze pincela su refugio contra la tristeza, contra la soledad. Vence, aunque sea fugazmente, la felicidad.    

Adaptation. (2002)

Spike Jonze: Adaptation. El ladrón de orquídeas (Adaptation., 2002) Estados Unidos. Película inclasificable que habla sobre lo difícil que es escribir… y vivir. Escrita por Charlie Kaufman y Donald Kaufman. Novela de Susan Orlean. Interpretada por Nicolas Cage, Meryl Streep, Chris Cooper, Cara Seymour, Tilda Swinton, Brian Cox y Maggie Gyllenhaal. 114 minutos. 

Te sientas frente a la máquina de escribir. Te sientes patético. No te gusta tu vida. Pero tienes que escribir, pues eres guionista de cine. Tu nombre, imagínate, es Charlie Kaufman. Y escribes una historia sobre las plantas, aunque no le encuentras el dramatismo a la historia. ¿Cómo emocionar, cómo darle vida? Brian Cox responde vehemente: todos los días sucede algo. Hasta el introvertido de Charlie Kaufman, digo Nicolas Cage, tienes sus historias. Aunque no las ve. Se siente igual de patético. También gordo. Le irrita hasta la figura de su propio hermano gemelo, Donald Kaufman. ¿Por qué no se atreve a decirle a Cara Seymour que la quiere? En fin, es un mar de complejos. Y sigue teniendo que escribir sobre plantas y orquídeas. Por eso están en la pantalla Meryl Streep y Chris Cooper, inmensos ambos, escenificando lo mutable que es la vida. Es la «adaptación». Ya tenemos título. Tú aguantas ahí, cómplice. Así que le quitamos capas a la cebolla. El descontento existencial se baña en las inquietantes aguas del asesinato. ¿Qué ha sucedido? La comedia patética sobre el hombre solitario del siglo XXI se transforma, sin previo aviso, en puro romanticismo. Es la flor que crece en el asfalto. Todo parece feliz, por fugaz que sea. Lo ha hecho Spike Jonze: tiene una película de fábula.