Adventureland (2009)

  • adventureland_xlgEstados Unidos
  • Adolescencia
  • Dirigida por Greg Mottola
  • Escrita por Greg Mottola
  • Interpretada por Jesse Eisenberg, Kristen Stewart y Ryan Reynolds
  • 108 minutos 

Acaba de llegar el verano, y Brennan no piensa desperdiciar esta oportunidad. Lo tiene bien claro: el verano de 1987 será, por siempre, su verano. El verano de todos los veranos. Esa catarsis con la que olvidar el hecho de que su novia lo haya dejado recientemente, y él ni siquiera haya perdido la virginidad con ella… ¿qué clase de noviazgo ha sido ese? Está un poco molesto consigo mismo, pero piensa que todo se solucionará: acaba de graduarse en el instituto, le espera un futuro prometedor como periodista en Columbia y, sobre todo, tiene planeado viajar a Europa en compañía de sus amigos para, simplemente, pasárselo bien. Aún no sabe, sin embargo, que la economía familiar ha sido tocada por la varita mágica de la quiebra. Su querido papá, un incipiente alcohólico cuarentón, ha perdido caché en el trabajo. Es decir, Brennan se ha quedado sin fuente de ingresos para su viaje… y para sus estudios en Nueva York. Solo le queda una opción: buscar un trabajo de verano. Y ahí, en mitad de ese derrumbe existencial, aparece Adventureland.

Mientras su compañero Joel hace públicas sus preferencias e intenciones en esta vida “oh my God, look at the shape of her ass. It’s a platonic ideal. That ass is a higher truth,” al tontorrón de Brennan todavía no se le ha encendido la luz. Vaga por el parque, trabaja sin ánimo, las chicas no le terminan de llamar la atención y él solo parece ilusionado ante la idea de su inminente viaje de estudios a Nueva York. Pero, de pronto, irrumpe ella. Está allí, serena y quieta, sacándolo desinteresadamente de un apuro. Luce su belleza con cierta melancolía, propia esta de esa adolescente que todavía no ha encontrado su camino. Y él se queda prendado: es guapa, es encantadora, es natural. Se llama Em. A Brennan, por supuesto, le gusta, y piensa para sí… ¿por qué no te había conocido hasta ahora?

Así, los días de verano van pasando. Ir a trabajar al parque de atracciones parece ahora más agradable. Y quedar por las tardes con Em, salir a charlar, pasear y tomar algo, comienza a ser el mejor plan posible para su vida. ¿Un viaje por Europa? Tonterías. A ella le hacen gracia las encantadoras rarezas de él. “Can you stop saying ‘intercourse’?” le suelta mientras se ríen. El inocente Brennan está enamorándose por primera vez. Lo acaba de sentir. Cae la noche y él viaja junto a Em en el coche. Llevan puesto un cassette de Lou Reed, un cassette de canciones ideales para un verano, y así, suena esa canción que tantas veces ha escuchado, esa canción que tanto le gusta. Suena Pale blue eyes. Y ellos allí están… a puntito de besarse por primera vez.

Un día se sienten invencibles. Al siguiente, piensan que nada va a funcionar. Y el verano sigue su camino. A Em su familia no le agrada. Especialmente la novia de su padre no le cae nada bien. Le desespera, quizás porque todavía es una niña, una niña que no ha superado la pérdida de su madre. Una niña que, hasta la fecha, solo ha encontrando refugio en un guaperas como Connell. Él es más mayor y está casado. Pero le gusta tontear con las jovencitas. Se hace el interesante y, a su manera, vuelve locas a las niñas. Juntos lo pasan bien. Nada de esto sabe Brennan. Y es que, ¿acaso sabe algo este chico? Podría luchar por Em, sin embargo se deja enredar por la espectacular Lisa P., la chica con el mejor culo del lugar. Sí, todo es tan sencillo como parece: están enamorados, pero también desorientados. A fin de cuentas, no son más que dos jóvenes haciéndose mayores. 

El verano está diciendo adiós. Todo parece haber naufragado. Nada es como debería haber sido. Él recuerda las palabras que ella un día le dijo: “I think you might be the coolest and cutest guy I ever met. I don’t want to lose you.” El septiembre de 1987 acaba de entrar en su vidas para siempre. A Brennan ya nada le importa. Va a luchar por ella. Está en Nueva York. Llueve como nunca antes ha llovido. Pero allí están. “¿Cuál es el plan?” se preguntan mientras se sienten fuertes y enamorados. Nada más les importa. Adventurelandestá a nada de cerrar. Y con ella, una historia inolvidable. El talentoso -a la par que infravalorado- Greg Mottola se deja embriagar por la nostalgia, se pone morado de tanto algodón de azúcar y escribe este hermoso poema recordando, quizás, su adolescencia. Aquel trabajo en el parque de atracciones. Aquella chica que tanto le gustaba. Aquella canción de Lou Reed que le daba sentido a su vida. Y aquel amor de juventud. Era el verano de 1987.