Out of the Furnace (2013)

Scott Cooper: Out of the Furnace (íd., 2013) Estados Unidos. Intensto drama en la América profunda que gravita su atención en torno a la venganza. Escrita por Brad Ingelsby. Fotografía de Masanobu Takayanagi. Música de Bob Bowen. Interpretada por Christian Bale, Woody Harrelson, Cassey Affleck, Zoe Saldana, Willem Dafoe, Sam Shepard y Forest Whitaker. 116 minutos.

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Release me. 

Los paisajes de una América profunda, llena de óxido y dureza, quedan inmortalizados por la fotografía de Masanobu Takayanagi. Es el lado B de los Estados Unidos de comienzos de siglo, enclavado en el interior de Pennsylvania. Donde antaño había empleo y bienestar -impulsado por el músculo industrial- ahora asoma -abrazada a la tecnología y la globalización- la pandemia del paro y el malestar. La revolución tecnológica despluma a la industria. Poco a poco, el alcohol y la violencia van ocupando su espacio. Woody Harrelson, puños en alto, lo ha dejado claro desde el primer plano. Aquí manda él. La marginalidad planea adueñarse de estas tierras. En la barra de un bar bebe Christian Bale mientras, en la televisión, Barack Obama promete un mañana mejor. ¿Para quién es ese mañana? ¿Será para su hermano, Cassey Affleck, trastornado después de combatir en Irak? ¿O para él mismo, alcohólico y futuro desempleado? Los viejos tiempos, resumidos en un padre moribundo y un intrigante Sam Shepard, parece que se marchan para no volver. Incluso uno de los malvados, el siempre genial Willem Dafoe, cede el gesto ante la depresiva avalancha: no quiere hacer la llamada, pero la hace. Espera el protagonista, Russell, su momento para acelerar el pulso. Bien pincelado, en un contexto desfavorable y con el recuerdo de una amada –Zoe Saldana– que ya no está. El crimen arrecia al amparo del convencional (y socialmente incorrecto) guion de Brad Ingelsby, quien destapa así su carta principal: el universo que acompaña a la venganza, servido a fuego lento. La película pide paciencia, y se la doy. Se saborea mejor así. La mirada final de Forest Whitaker entraña la derrota. Es una oda a la oscura redención. Todo parece desolador a ojos de Scott Cooper. Mientras tanto, suena Pearl Jam para cerrar este triste recital.  

American psycho (2000)

  • american-psycho-christian-baleEstados Unidos
  • Finanzas
  • Dirigida por Mary Harron
  • Escrita por Guinevere Turner y Mary Harron (Novela: Bret Easton Ellis)
  • Interpretada por Christian Bale, Willem Dafoe, Jared Leto y Reese Whiterspoon
  • 101 minutos

Hacía ya un tiempo que había visto American psycho. De hecho, desde su estreno, es una cinta a la que le he dado unos tres o cuatro vistazos. Y todavía no sé el porqué, pero, de repente, ayer me apetecía volver a verla. Es de ese tipo de historias que, de tanto en tanto, vuelven a asaltarle a uno. Y tampoco sé el porqué, pero cada vez que veo de nuevo este relato, me gusta más. 

Basada en la celebérrima novela de Bret Easton Ellis, la historia centra su atención en Patrick Bateman. Este último es, por decirlo bien a las claras, un yuppie. Vive bien, rodeado de lujos y caprichos. El fasto inunda su día a día. Tiene todo lo que quiere… y cuando quiere. Pero, ¡vaya!, hay veces que no consigue reservar cena en el restaurante de moda de Nueva York. Otras, las más puñeteras, sus compañeros yuppies, todos ellos bien engominados y trajeados, le superan en el refinado arte de… lucir tarjeta de presentación. Qué cruel y desoladora es la vida para Patrick Bateman. El materialismo ha carcomido hasta el último de sus huesos. Ni siquiera es uno de esos hipócritas filántropos multimillonarios. A él, su cuerpo, solo le pide sexo y violencia. Es la psicosis que encumbra a esta historia.

La cineasta Mary Harron es una caso muy atípico en esto del cine, pues consiguió trasladar el material literario de una manera formidable a la gran pantalla, pero disipándose poco después en el olvido. Ella escribió el guion (en compañía de otra mujer, Guinevere Turner) y dirigió la película. Todo le quedó muy bien, sin embargo no ha dado con ningún proyecto atractivo después de este film. Su nombre, por tanto, quedará vinculado para siempre junto al de esta película. Si bien no estamos ante una obra perfecta, sí hallamos en ella una formidable narración, cargada de mala sangre y espíritu crítico. En ella se destripan las entrañas de uno de esos miserables que reinan, y han reinado, durante los últimos decenios. Es el mundo de las finanzas, de los altos ejecutivos. Un universo al que Oliver Stone ya se había acercado de una forma notable gracias a Wall street (1987) y al que ha terminado de rematar recientemente con excelencia el dúo formado por Terence Winter y Martin Scorsese en The wolf of Wall street (2013). Personalmente, a mí me gustan este tipo de enfoques. ¿Por qué siempre centrarse en la pobreza, en el desgraciado? ¿Por qué tanto estudiar soluciones a los males de estos? Aquí, en cambio, se reformula este planteamiento. Miremos al rico, al adinerado. Analicémoslo. Y pongamos, ya de paso, el punto crítico a todo ello.

La clave de bóveda del film no es otra que Christian Bale, sobresaliente actor. Curioso es, según cuentan las malas lenguas, que el británico entrara en el cartel sustituyendo a Leonardo DiCaprio, quien se había negado a aceptar una interpretación que le podía brindar cierta mala reputación (personaje misógino, narcisista, violento) en el mundillo hollywoodense. Error, en todo caso, al que DiCaprio ha dado arreglo con el tiempo al interpretar a Jordan Belfort, primo hermano por decirlo de alguna forma de Patrick Bateman. Son dos interpretaciones dignas de toda alabanza. Centrándonos en Christian Bale, este interioriza cada uno de los maníacos rasgos de su personaje: el orden, la higiene, el cuidado físico. La imagen, en definitiva. Todas sus obsesiones son plasmadas con naturalidad, de una manera absolutamente creíble. Las alucinaciones, el punto reminiscente a las figuras de Ed Gein y Ted Bundy, además, son un auténtico regalo. Es el valor añadido, el punto diferencial. No existe el histrionismo en este actor, uno no percibe nada artificial en su expresión. Y eso, para un personaje como el que aquí corresponde interpretar, es una maravilla.

Me fascinan la escenas de un hombre corriendo en soledad, agitado e histérico, entre las calles que albergan a esos colosales rascacielos. Un vacío existencial y un desarraigo moral dañino para los sentidos. Así, American psycho es un mordaz alegato, una obra de obligada revisión que define un tiempo histórico muy concreto. En ella se disecciona con minuciosidad una forma de vida. Y sí, tiene un punto escabroso, quizás algo forzado buscando esa llamativa transgresión a través de ciertas situaciones “delicadas”. Sin embargo, siempre me quedaré, elección personal, con la divertidísima escena de las tarjetas de presentación. Un monumento de película.  

The dark knight rises (2012)

  • zzzaEstados Unidos
  • Superhéroes
  • Dirigida por Christopher Nolan
  • Escrita por Christopher Nolan y Jonathan Nolan (Historia: Christopher Nolan y David S. Goyer. Personajes: Bob Kane)
  • Interpretada por Christian Bale, Anne Hathaway, Tom Hardy, Michael Caine, Joseph Gordon-Levitt, Marion Cotillard, Gary Oldman y Morgan Freeman
  • 164 minutos

Batman había desaparecido del mapa. La ciudad de Gotham parecía volver a respirar bajo el amparo brindado por la Ley Dent y el rigor cívico del Comisario Gordon, así que las heroicidades del hombre murciélago ya no eran precisas. Pero todo no podía ser tan bonito, pues pronto tendremos al malvado de turno, Bane, haciendo de las suyas, sembrando el terror y el caos por las pulcras aceras de esta gran y ficticia urbe. En fin, que el bueno (y lisiado) de Bruce Wayne deberá ponerse en forma y enfundarse el traje… de nuevo.

Dentro de la trilogía elaborada por Christopher Nolan, ‘The dark knight rises’ aparece como la más floja de las tres entregas que componen la saga. En cualquier caso, tampoco caigamos en dramatismos, pues hablamos de una buena película. Ofrece un espectáculo poderoso, sustentado en la tensión narrativa que el cineasta siempre ha sabido impregnar a sus relatos. El problema aquí no es otro que las limitaciones de la historia, la cual parece dar la sensación de que ejerce de puente hacia un cuarto volumen más que otra cosa.

La felina Catwoman, el germen de Robin y la alargada sombra de Ra Al Ghul son los tres aditivos que buscan darle el valor añadido a las andanzas de “El caballero oscuro”. En fin, una factura técnica de diez, un reparto estelar liderado por el colosal Christian Bale y un cineasta con pedigrí a cargo de todo ello. Es lo que hay, lástima que el relato carezca, en esta ocasión, de la profundidad que antaño sí tenía. Con todo, una historia tan trepidante como frenética.

Harsh Times (2005)

David Ayer: Vidas al límites (Harsh Times, 2005) Estados Unidos. Thriller. Escrita por David Ayer. Interpretada por Christian Bale, Freddy Rodríguez y Eva Longoria. 120 minutos.

Cuatro años después de haber escrito ‘Training day’, David Ayer se estrenaba en el mundo de la autoría con una ópera prima más que interesante. Hablamos de ‘Harsh times’, una historia que gravita en torno a dos amigos, Jim y Mike, que habitan en la ciudad de Los Ángeles. Con un pasado lleno de calamidades, ambos buscan rehacer su vida a través de un empleo que les permita encontrar ese punto de estabilidad y formalidad necesario para sentar cabeza junto a sus respectivas mujeres y alcanzar así un futuro mejor. 

Intenso relato volcado en la amistad existente entre los dos protagonistas. Mientras uno representa el buen camino, el otro simboliza la autodestrucción. Un choque de intereses, por tanto, que servirá no sólo para ensalzar la camaradería y fidelidad extrema, sino también para mostrar cuán crudas y miserables pueden llegar a ser las secuelas de una guerra, más todavía si te has criado (y todavía habitas) en un barrio donde la lógica indica que tu existencia deambulará entre fuego cruzado, violencia y problemas a tutiplén.

Notable drama que vuelca su mirada en la periferia, en dos peones cualquiera del sistema. ‘Harsh times’ nos expone el lado áspero de la vida, sirviéndose para ello de las soberbias interpretaciones de Christian Bale y Freddy Rodríguez, humanizando éstos esa dicotomía básica que diferencia entre cómo arruinar y cómo salvar tu vida en medio de la jungla urbana.