Lost River (2014)

Ryan Gosling: Lost River (2014) Estados Unidos. Fábula sobre el terror social. Escrita por Ryan Gosling. Interpretada por Matt Smith, Christina Hendricks, Eva Mendes y Iain de Caestecker. Fotografía de Benoît Debie. Música de Johnny Jewel. 95 minutos.

Canta Saoirse Ronan en soledad, en una habitación oscura. Una presa inundó el corazón de su abuela hace ya tiempo. La silenció. Todos cayeron en una especie de hechizo: lo macabro se imponía. Accedemos a un Detroit crepuscular. Todo es infame. Matt Smith se erige como el icono del salvajismo. El terror de una barriada fantasmagórica. Un banco quiere arrancarle media vida a Christina Hendricks. Mientras tanto, ella lucha y se adentra en una casa de horror, gore y sexo sádico. La musa es Eva Mendes.  La crisis moral que impregna los fotogramas de este film es absoluta. El capitalismo más atroz, representado por un repugnante y trastornado prestamista, ha hecho que la sociedad se rompa a pedazos. Una bicicleta en llamas advierte a Bones (Iain de Caestecker) de los peligros que le rodean. Un mundo subacuático representa la salvación. Quiere cuidar de su hermano pequeño, de su madre, de su amiga Rat… pero no puede. Ryan Gosling se desata contra el sistema en su ópera prima describiendo el hiriente desarraigo que acompaña a la América profunda. Se refugia en la temperamental fotografía de Benoît Debie, en el universo sonoro de Johnny Jewel y en los versos visuales que, antes que él y con los mismos tintes angustiosos, filmaron directores como Nicolas Winding Refn (Only God forgives, 2013), Derek Cianfrance (The Place Beyond the Pines, 2012), Benh Zeitlin (Beasts of the Southern Wild, 2012) o David Lynch (Blue velvet, 1986). Si el cine es emoción, Lost river es buen cine. A mí me ha hecho sentir el desamparo que acompaña a los tristes protagonistas de este cuento de terror.