Buena Vista Social Club (1999)

Wim Wenders: Buena Vista Social Club (1999). Estados Unidos. Notable documental sobre la música, la gente y el espíritu cubano. Escrita por Nick Gold. Interpretada por Ry Cooder e Ibrahim Ferrer, entre otros. 100 minutos.  

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La Habana, a pesar de los pesares, luce estupenda. Lo hacía ya en los años 40, cuando era el chiringuito de verano para los norteamericanos. Había hambre, había pobreza por aquel entonces. Pero… la música lo catalizaba todo. La gente de por allí cogía todo lo malo, lo empaquetaba sin prisas y lo reciclaba a través de su son. Es el espíritu cubano. Y brillaba especialmente en el Buena Vista Social Club. Había grandes artistas allí. Todo, sin embargo, desapareció. El club cerró. Los días de gloria se evaporaron. Nada de importancia, pues esto es el cine de Wim Wenders. Siempre hay espacio para la redención. Por eso llega Ry Cooder, cuyos guitarrazos herían en la compungida Paris, Texas (1984), para recuperar el tiempo perdido. Vuelve a juntar, tanto tiempo después, a grandes nombres de la música cubana: Compay Segundo, Guajiro Mirabal, Omara Portuondo, Amadito Valdés o el pianista Rubén González, entre otros. Uno, en cualquier caso, destaca por encima de los otros: Ibrahim Ferrer. Flaco y fuerte al mismo tiempo -alambre puro- nos deslumbra con una voz arrebatadora. El documental alterna las piezas musicales con las entrevistas, mientras la cámara pasea por las calles cubanas. Sigue, cincuenta años después, la pobreza. Sutilmente se nos muestra una Habana miserable, desgarrada por el embargo imperialista de sus vecinos del norte. La música, en todo caso, continúa: todas las penas se encauzan a través de ella.