Le notti di Cabiria (1957)

  • le nottiItalia
  • Neorrealismo
  • Dirigida por Federico Fellini
  • Escrita por Federico Fellini, Ennio Flaiano y Tullio Pinelli
  • Interpretada por Giulietta Malsina, Franca Marzi y François Périer  
  • 110 minutos

Es la tristeza la que me invade cuando termina Las noches de Cabiria. Una tristeza, en todo caso, esperanzadora. Guardo así la sonrisa final de Giulietta Malsina, caminando de nuevo, acompañada por un gentío alegre y feliz, sin saber muy bien cuál será el destino de su vida. No le queda otra a nuestra errante protagonista. Habitante de la melancolía, sus paseos nocturnos por Roma no son más que una escala en su largo viaje, ese que le llevará a encontrar la compañía y el amor de un buen hombre.

Un chulo que la lanza sin titubeos al río. Un ricachón que se entretiene con ella. Un buen samaritano que la trata con delicadeza. Y una afectuosa sonrisa repleta de ilusiones y promesas. Son las noches, y los hombres, de Cabiria. No tiene una vida fácil esta pobre alma. Por eso, quizás, le pide ayuda al cielo: cambiar de vida, huir de la infelicidad, evitar la sorna. Giulietta Malsina realza con su interpretación el sentimiento que posee la escritura de Federico Fellini, de Tullio Pinelli, de Ennio Flaiano. Nada falla en este film. La fotografía de Aldo Tonti lo baña todo con una capa de amargura, mientras que Fellini observa el paisaje, avanza tranquilamente, sumergiéndose en el llanto, pero guardando una pizca de ilusión para seguir en el camino. Una película, aún en su tristeza, preciosa.