Bullets Over Broadway (1994)

Woody Allen: Balas sobre Broadway (Bullets Over Broadway, 1994) Comedia sobre el mundo del teatro. Escrita por Woody Allen. Fotografía de Carlo Di Palma. Interpretada por John Cusack, Jennifer Tilly, Chazz Palminteri, Dianne Wiest y Jim Broadbent. 99 minutos.

Esta no es la mejor versión de Woody Allen. Pero aún así es Woody Allen deparando un cine menor, entrañable y, también, sarcástico. Que no es poco. Menor porque no es una gran película. No se siente así, no emociona como otras grandes obras del cineasta. Entrañable en cuanto a que homenajea al mundo del teatro, a ese Broadway dorado de los años 20 y, en consecuencia, al Nueva York de aquel entonces. Y el sarcasmo lo brinda el recital entre bambalinas que destripa las miserias y grandezas del creador, del artista. Parece como si el cineasta añadiese un punto autobiográfico a través del personaje a quien interpreta un formidable John Cusack.

Este último es una autor teatral convencido de haber escrito su mejor obra. Y hasta ahí lo bonito. Luego llega la producción, la puesta en escena… y lucen las balas del cineasta. La imposición de Jennifer Tilly, chica del gángster, es una brutal sátira frente a los grandes productores. También tiene gracia su insoportable verborrea, su discriminada actitud de trepa y sus peculiares gustos sexuales. Un monumento de personaje. Bien está Chazz Palminteri, matón de poca monta reconvertido a gran artista. Otro que deja un punto autobiográfico, pues apenas un año antes había firmado el sensacional guion de Una historia del Bronx (A Bronx Tale, 1994). Así que todo se vuelve relativo.

Se agranda la figura del gángster -con su lenguaje coloquial y sus fines comerciales- mientras que decrece poco a poco el ego de Cusack. El gen del artista se tambalea en torno a este mano a mano entre el matón, dispuesto a dar su vida por su obra, y el intelectual, decaído y refugiado en el amor. Allen apenas juguetea con las relaciones sentimentales -marca de la casa en su cine-  y apuesta por unos diálogos que carecen del ingenio de otras ocasiones. Destaca, a su favor, una ambientación perfecta, con un sensacional trabajo de vestuario y la atinada fotografía de Carlo Di Palma. Fabulosa igualmente Dianne Wiest en un papel que evoca, homenaje total, a la Gloria Swanson de El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950). Entre sonrisas, saca el cuchillo para tallar esta ácida y tan personal comedia.  

The Damned United (2009)

Tom Hooper: The Damned United (íd., 2009) Reino Unido. Deporte. Escrita por Peter Morgan. Novela de David Peace. Interpretada por Michael Sheen, Timothy Spall y Jim Broadbent. 97 minutos. 

En Gran Bretaña existe la ociosa costumbre de acudir durante el ‘Boxing day’ a los estadios de fútbol. Una tradición peculiar que hace que cada 26 de diciembre sea especial, combinando así el espíritu navideño con la pasión por el balón. Dado que uno no vive en las Islas y, por consiguiente, no puede acudir tal día a templos como Stamford Bridge, Anfield Road o White Hart Lane para disfrutar de un ambiente tan propicio, no le queda más remedio que darle al play a ‘The Damned United’ y disfrutar en el sofá de su casa de una de las más cruentas leyendas en la historia del fútbol inglés: el efímero y penitente paso de Brian Clough por el banquillo de Ellan Road tras la marcha de Don Revie en 1974.

La historia, elaborada por David Peace y presentada por el oscarizado Tom Hooper, centra su atención, principalmente, en el personaje de Brian Clough y en las sendas relaciones que este mantiene tanto con su ayudante, Peter Taylor, como con su enemigo más íntimo, Don Revie. Un insignificante partido de FA Cup entre el Derby County y el Leeds United marcará un antes y un después en la vida de nuestro protagonista. Desde entonces vivirá obsesionado con la idea de vencer, de humillar, a Revie.    

Un fructífero paseo por los banquillos de un equipo de fútbol profesional el aquí brindado por Tom Hooper. La cinta narra con nervio el lado cualitativo de este deporte, brillando así con luz propia la figura de Michael Sheen. Aspectos como la humildad y la lealtad chocarán de frente con la arrogancia y el despotismo, levantando ese muro que diferencia entre el éxito y el fracaso. Un notable relato deportivo.