The swimmer (1968)

  • El_nadador-815554649-largeEstados Unidos
  • Sueño americano
  • Dirigida por Frank Perry
  • Escrita por Eleanor Perry (Historia: John Cheever)
  • Interpretada por Burt Lancaster y Janet Landgard
  • 95 minutos

Un hombre aparece con el torso desnudo. Se diría que tiene unos cuarenta años, está en plena forma y simplemente viste con un bañador. Él es Burt Lancaster, protagonista de esta película, recién llegado a la casa de unos amigos, prendado por el tranquilo azul de su piscina. Decide darse un baño, charla de una manera distendida con la gente y, casi sin quererlo, se queda paralizado, asombrado al observar el cielo, las nubes y el precioso valle del lugar.

Pool by pool, they form a river all the way to our house.” Cruzar las colinas, serpentear por el camino de vuelta a través de las piscinas de sus vecinos y llegar finalmente a casa, al hogar. Una por una, lo tiene todo planeado en su mente. ¡Qué idea tan original! Así, con una sonrisa en la cara, emprende esta aventura. Y nosotros con él. Comienza a nutrirse esta narración servida con mucha clase por el entonces matrimonio Perry (Frank en la dirección, Eleanor en el guion). Pronto comienzan los encuentros fortuitos, las conversaciones con los vecinos y los coqueteos con las mujeres (de cualquier edad) del lugar. Burt Lancaster, al principio tan calmado, parece estar ahora, quizás, desorientado. ¿Qué le ocurre a este tipo? El misterio se impone, así el espectador parece igual de perdido que el protagonista. “I’m swimming home” es lo único que alcanza a decir.

Es el final de los años sesenta y en los Estados Unidos una corriente artística nueva emerge con fuerza, trayendo oxígeno al cine, transformando, a su manera, la sociedad. Buscan quitarse el corsé moral, romper con las estreches conservadoras de la época. Son tiempos de cambio. “Thy belly is like a heap of wheat, fenced about with lilies” le suelta sin vergüenza alguna el maduro Burt Lancaster a una jovencita de veinte años. “That’s from the Bible, isn’t it? When I was a little girl in Sunday school, they never mentioned that part of the Bible” dice ella. El texto sagrado se convierte ahora en objeto de pasión y sensualidad. Es un enfoque transgresor que rompe los moldes de cualquier narración anterior. El pretexto de la natación sirve para poner en evidencia a la burguesía de la época, esa clase media que recurría a los guateques en la piscina y a los dry martini para disimular las aventuras extramatrimoniales, los enredos sentimentales y la despreocupación por sus propios hijos, por sus propias familias.